No hay nada que no puedas hacer... La cuestión es querer hacerlo...

20 mar 2011

Cuando tus ojos no lo ven claro

¿Por qué tanta vergüenza o tanto miedo a admitirlo? Sí, hay noches en las que me asusta el juego de luz y sombras que entran por la ventana, ¿y qué? Sí, soy también muy mayorcita para andar asustándome de la oscuridad, pero lo sé afrontar. ¿Cómo? ¡Qué me sé yo, me quedo dormida!
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Cada día es igual. Entras en tu dormitorio, te quitas la ropa y la dejas tirada de cualquier manera en la silla del escritorio, o encima de la cómoda, o la cuelgas en el perchero. Te pones el pijama tranquilamente y te quitas las gafas para dormir. Te tumbas en la cama y apagas la luz, dando inicio al espectáculo de sombras que se recortan a tu alrededor.
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Miras al techo, te giras hacia un lado y ves algo extraño. Sabes lo que es, pero a tu mente viene la idea de que hay algo extraño... o alguien. Sabes que no es así y cierras los ojos, pero sigues viendo esa imagen. Abres de nuevo los ojos y te levantas. Remueves todo lo que te hace imaginar cosas y vuelves a tumbarte. Compruebas que nada es lo que parecía y cierras los ojos. Así está mejor.
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Un coche pasa, chocando sus faros contra la ventana. Entra la luz y bailan las sombras contra la pared, pillándote con los ojos abiertos. Maldita sea, ¡olvidaste bajar la persiana! Te vuelves a levantar, estiras el brazo y logras bajar la persiana. Te tumbas y observas alrededor; poco a poco, tu vista se acostumbra a la oscuridad y vuelves a tener siluetas extrañas en tu dormitorio. Es la chaqueta, es la silla, es un pantalón, es el perchero, es un armario... Son cosas que conoces, pero tus ojos te engañan y crees que se mueven.
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Estás durmiéndote, tus ojos cada vez ven menos, pero vuelves a asustarte. Hay algo al otro lado de la persiana, algo moviéndose. Paras a pensar: es tan sólo otro engaño de la vista, un punto negro en mitad de la escena que se mueve junto a tu vista. Otra falsa alarma. Cierras los ojos, con gran cansancio, y al fin te duermes. Al día siguiente miras alrededor: da más miedo el resultado de los movimientos que has estado haciendo que lo que tus ojos han visto antes de dormir.
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¿Y bien? ¿Alguien va a decir alguna cosa? Sí, hay veces en las que me asusto tontamente. Por ello me duermo. Otros, aun cansados, aguantarían sin cerrar los ojos por temor a que se le abalanzasen cuando bajase la guardia. ¿Es que como a algunos no os pasa es motivo para hacerme sentir mal? Pues lo diré bien alto: SÍ, MIS OJOS ME ENGAÑAN Y LA OSCURIDAD SE MUESTRA DIFERENTE. ¿Contentos? Yo sí, muchísimo, me he liberado de un peso grande.

1 comentario:

  1. wow si que tienes cosas >.< encambio yo estoy empezando y no me aclaro en muchas ocasiones e_e


    se te kiere.^^

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